septiembre 12, 2020
Existen varias teorías que consideran a las Islas Canarias en la antigüedad como el jardín de las Hespérides. El jardín estaba custodiado por Ladón, un dragón de cien cabezas, que protegía a las Hespérides, las tres hijas de Atlas. Hesíod (poeta griego del siglo VIII a.C.) escribió sobre el legendario jardín de las Hespérides. Comenzó su historia con Atlas. Atlas era un gigante, hijo del titán Lapeto. Los gigantes fueron derrotados por Zeus - rey de los dioses - quien los arrojó al infierno. Atlas luchó junto a su padre –y algunos dicen– que por eso Zeus lo condenó a llevar los cielos sobre sus hombros. Otros afirman que Perseo le mostró la cabeza de Medusa y la convirtió en una enorme montaña que sostenía el cielo. Sea como fuere, Atlas tuvo que llevar el cielo más allá de las columnas de Hércules, el Estrecho de Gibraltar.
Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Los tres vivían en el país más oriental del mundo, un par de islas maravillosas en el Océano Atlántico. Un verdadero paraíso en la tierra donde el clima era templado y donde en los árboles crecían manzanas doradas. La diosa Gaia (madre de la tierra) cultivó estas manzanas como regalo de bodas para los reyes de los dioses, Zeus y Hera Las Hespérides cultivaban el jardín custodiado por el dragón Ladón. Ladón era un dragón feroz que exhalaba fuego de sus cien cabezas. A Hércules, también conocido como Heracles, el héroe más grande de la época antigua, se le encomendó la tarea de completar 12 obras que se consideraban peligrosas e incluso imposibles. "Los doce trabajos de Hércules, también conocidos como dodekathlos". El undécimo trabajo consistió en robar las manzanas de oro de los jardines de las Hespérides.
Hércules encontró a Atlas sosteniendo el cielo al borde del océano, en las montañas que hoy llamamos Montañas del Atlas en Marruecos. Como el dragón del jardín de las Hespérides conocía a Atlas, Hércules tenía un plan. Hércules convenció a Atlas de que le sostuviera temporalmente el cielo para que Atlas pudiera robarle las manzanas doradas. Atlas fue al jardín – donde podía entrar fácilmente porque el dragón lo reconoció – mató al monstruo y robó las manzanas doradas. Después de esto regresó a Hércules.
Atlas, cansado de sostener por más tiempo el cielo, intentó mantener a Hércules en esa posición. Pero el héroe fue más astuto que él, lo que obligó a Atlas a retener el Cielo nuevamente. Hércules escapó con las manzanas. ¿Qué pasó entonces con las manzanas doradas? ¿Se quedaría el paraíso sin sus manzanas? No... Las manzanas fueron devueltas al paraíso por la diosa Atenea. Ella llevó las manzanas a sus jardineros, las Hespérides, el dragón guardián, que había sido asesinado por Atlas... siguió viviendo en sus hijos, los árboles llamados "dragos". Cuenta la leyenda que la sangre que brotó de las heridas mortales del dragón cayó al suelo del jardín de las Hespérides. De cada gota que caía crecía un árbol. Estos árboles " dracaena draco ", también conocidos como "drago", tienen un tronco grueso del que brota de repente un entrelazamiento de ramas que se asemejan a las cien cabezas de Ladón.
Cuando la corteza se daña, libera una savia de color rojo intenso llamada sangre de dragón. Este jugo rojo tiene propiedades medicinales. El árbol de sangre de dragón crece lentamente, pero puede vivir fácilmente durante siglos. Hay numerosos ejemplos como el árbol de Icod de los Vinos (Tenerife) , al que también se le llama “drago milenario”. Los guanches -pueblo indígena de las Islas Canarias- adoraban a los dragos y los consideraban lugares especiales y con poderes muy importantes. Todavía existe superstición y los dragos se cultivan en los bordes de las zonas de acantilados. Si tú, como viajero, te acercas en barco a las islas, podrás ver la silueta del gigantesco Teide flotando sobre las nubes a muchos kilómetros de distancia. Si imaginamos que el volcán entra en erupción y arroja fuego. Entonces también podemos imaginar cómo se originó la leyenda del jardín de las hespérides y del dragón de cien cabezas. Ladón el dragón que vigila el maravilloso jardín de las Hespérides, donde crecieron las manzanas doradas...
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